Profetas de la causa progresista: Zerolo el Bautista.
Pedro González Zerolo se ha convertido en un faro que nos muestra el camino para arrumbar definitivamente el monopolio que la religión; y específicamente la Iglesia católica, tenía hasta ahora en ciertos ámbitos de la vida de las personas. No podía ser de otra manera, puesto que él fue el primero en reivindicar la capacidad orgásmico-democrática del Presidente Rodríguez Zapatero.
Dada su condición orgullosamente homosexual, estamos seguros que muchos españoles coincidieron con Zerolo en reconocer la potencia y habilidad de nuestro Presidente para la satisfacción de las pulsiones anales del electorado. Aunque los retrógrados de siempre manifestaron su deseo de permanecer vírgenes; al menos en dicha capacidad.
Como pionero y profeta de la ofensiva laicista no podemos dejar de reconocer su generosa defensa de la diversidad cultural, cuando censuró las chirigotas fascistas de los carnavales de Cádiz. El hecho de que bajo la ley islámica él mismo y su marido son reos de muerte por sodomía continuada es un mero tecnicismo al que se aferran los conservadores para atacar a la Alianza de Civilizaciones.
Pero la brillantez de su genio y el calado de su compromiso se han hecho manifiestos al convertirse en el inventor oficiante del “Bautismo Cívico” con el que ha instaurado el primer sacramento laico, liberando a la ciudadanía del obsoleto yugo de la religión; especialmente si es católica.
Leo Ayyashi Guillén, hijo de Cayetana Guillén Cuervo, es el afortunado neófito que no tendrá que correr el riesgo de acabar en el limbo del progresismo y podrá acompasar los hitos de su ciclo vital, con los sones de “David el Gnomo” (preferible “la persona de estatura reducida”), a los de su inexorable compromiso progresista. Siguiendo el camino de perfección que ha instaurado Zerolo, podrá en el futuro recibir a Lenin en su corazón, bajo la forma de un biscote integral con mucha fibra consagrado democráticamente cuando celebre su Primera Comunión Laica, vestido de miembro de las fuerzas de paz de la ONU; o mejor aún de guerrillerito con pantalones de camuflaje y boina colorada.
Podrá posteriormente Confirmarse Laicamente en la ideología de sus padres, renunciando por si mismo a las pompas del Neoconservadurismo; y si comete el pecado del desviacionismo ideológico al incumplir los preceptos de la Educación para la Ciudadanía, podrá confesarlo y obtener el perdón mediante el sacramento de la Penitencia Progresista.
Y para cerrar el ciclo, podrá recibir la Unción Eutanásica de Enfermos de manos del Dr. Montes; lo que desembocará en su Enterramiento Civil, desenlace que esperamos se produzca en un futuro muy lejano.
Todo ello no habría sido posible sin el liderazgo de Zerolo, el Bautista.
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